martes, 29 de marzo de 2011

¿Qué es la integración?


Un total de 1.130.000 personas que residen en España practica la religión islámica (un 2,5% del total) y cuanto menos se encuentran en una situación precaria. Establecidos en comunidades más o menos dispersas por las principales ciudades españolas, no tienen en su mayoría otros lugares de oración y encuentro que las llamadas mezquitas garaje, que no son otra cosa que locales comerciales, bajos de viviendas o incluso naves industriales mal equipadas. Su existencia levanta la reticencia y el rechazo por parte de los vecinos por la imagen de semiclandestinidad que presentan pero al mismo tiempo, cada vez que un grupo islámico propone la construcción de un templo bien equipado en una comunidad, se produce el rechazo y la oposición de colectivos vecinales y grupos racistas y xenófobos que presionan para que el ayuntamiento de turno no conceda los permisos necesarios. La gente se asusta y aparece el miedo a que se construya una mezquita en el barrio.

El Islam no tiene una estructura jerarquizada e influyente como la que posee la iglesia católica, eso hace que existan problemas de financiación y que haya que recurrir al capital extranjero para la construcción de nuevos templos, sobre todo en los países de la Europa occidental donde la mayoría de musulmanes son trabajadores inmigrantes.

La solución desde mi punto de vista está en aplicar la ley sin ningún tipo de discriminación. Para garantizar y favorecer una auténtica integración de los colectivos musulmanes, los estados deberían ayudar a disponer a estos colectivos de sus lugares de culto. De lo contrario, los fieles recurrirán a  estados extranjeros, caso de Arabia Saudí, y junto con la financiación llega la ideología y la de Arabia no puede ser más radicalizada. Esto provoca, como ejemplo, que hace unos meses, Noruega haya prohibido a Arabia Saudí financiar mezquitas si no respeta la libertad religiosa en su país. Esta pequeña excepción en el laicismo del estado sería el peaje que habría que pagar para que el Islam europeo fuese auténticamente independiente de injerencias externas.

En España, en concreto, creo que sería posible algún protocolo de colaboración entre el estado y las asociaciones islámicas que favoreciese realmente esa integración que tanto demandan ciertos colectivos nacionalistas españoles. Porque “integración” no significa en ningún caso la perdida de las costumbres y las tradiciones que son propias, sino el poder ejercerlas en igualdad de condiciones con los demás grupos dentro del marco social y cultural del país receptor respetando, eso si, las normas básicas de convivencia que allí existan. Algunos tienen que hacerse ya a la idea de que las etnias puras no van a existir nunca más y que en un mundo intercultural, toca convivir  con grupos y nacionalidades muy distintas en costumbres a las nuestras. El racismo ya está pasado de moda y, en el caso de Europa, estamos ya ante un auténtico crisol de culturas en el que no cabe duda de que la aportación islámica se hace ya auténticamente imparable.

13 comentarios:

herakles. dijo...

Saludos. Los occidentales sí tenemos derecho al imperialismo expoliador, enriquecernos con ello y a "emigrar" al estilo ocupacionista por la fuerza,depredar los recursos y materias primas,los alimentos, los minerales,las maderas y demás etceteras de dichos paises, sin por supuesto haber necesitado visados , pasaportes o contratos de trabajo.Lo único que se necesitó para ejercer ese pillaje, simplemente fue una valiente y heróica superioridad armamentística y por excusa la evangelización para darle visos de moralidad a estos atropellos. Los occidentales no sólamente pudimos practicar nuestra religión sino que además le quitamos la suya a los sometidos de esos paises invadidos.
Dice el proverbio, no me des un pez, enséñame a pescar.Europa se comió el pez y además no enseñó a pescar.
El estado de precariedad del planeta en grandísima medida se debe a que el mundo "civilizado" ha tirado tanto de la manta que ha dejado al resto del mundo destapado con el trasero al aire.
Los beneficios que puedan encontrar estos emigrantes en nuestro continente en base a desempeñar muchas veces los trabajos más bajos, sólo es una pequeña parte de la compesación por habernos llevado tantos recursos de sus paises. Y en lo referente a que puedan tener sus lugares de rezo se supone que aqui existe la libertad de culto, o también es parte de la actitud hipócrita de nuestra sociedad ?
Saludos.

Anónimo dijo...

Para integrarse lo primero que hay que hacer es adaptarse al país al que se emigra.

Arq. Pfunes dijo...

Aparte de la financiación, la construcción de nuevas mezquitas muestra otros problemas, quizá de índole más práctica:

- Suelen construirse en barrios que de por sí necesitan muchos equipamientos públicos, como guarderías, bibliotecas o ambulatorios. La construcción de los mismos corre a cargo de la Administración competente, pero como la mezquita se financia con inversiones privadas, es muy fácil dar en cesión un determinado solar que generalmente estaba reservado para otro tipo de equipamientos, pero que por estrecheces presupuestarias no se hace. Esta es otra causa de rechazo, pues los ciudadanos ven cómo un solar que iba a estar destinado a uso público se ve restringido al de una sola comunidad religiosa.

- Una vez superado ese primer escollo, nos encontramos con que el edificio a construir generalmente tiene un perfil muy agresivo, ya sea porque usa una arquitectura rabiosamente contemporánea que no termine de encajar bien en la arquitectura del barrio, ya sea porque con dudoso gusto imitan irreflexivamente formas del pasado. Se toman como referencias arquitecturas otomana o persa, mucho más grandilocuentes que nuestra arquitectura califal.

Aparte el perfil del minarete se toma en un sentido amenazador ya que emplea formas totalmente ajenas y extranjeras.

También recordar lo "fácil" que es impedir la construcción de una mezquita vía profanación del solar.

Pero, ¿qué ocurriría si la forma de la mezquita se fundiera con las construcciones locales, incluso el minarete? Hace un año se planteó la construcción de una mezquita en Florencia y el arquitecto David Napolitano usó para su proyecto las propias formas de la arquitectura italiana, resultando una mezquita que de construirse, estará mejor integrada en la ciudad del Arno que la monstruosa mezquita de Roma, por citar un ejemplo.

Dejo aquí un enlace sobre la futura mezquita de Florencia: http://otraarquitecturaesposible.blogspot.com/2010/09/la-mezquita-de-florencia.html

miguel dijo...

Creo que en primer lugar cualquier inmigrante, sea de la religión o nacionalidad que sea, para no empezar excluyendose él mismo, debería intentar conocer y respetar, la sociedad de la que pretende ser parte en cuanto a derechos y obligaciones, aunque esto no quiere decir ni mucho menos, como propone algún partido político importante, tener que pasar un examen, en este caso, de españolidad.
Y en segundo lugar el país que los recibe y ya que contribuyen a partir de ese momento igual que cualquier otro ciudadano, debería igualmente respetar sus costumbres, mientras no sean contrarias a la ley, y otorgarle absolutamente los mismos derechos que a los demás, incluida la libertad de culto, subvencionandola de esta forma según el número de fieles, tal como se hace con la religión católica.
Un saludo.

Arq. Pfunes dijo...

Perdón por intervenir tan de seguido: ejemplo de integración donde los haya, mal que le pese a algunos, es Estados Unidos. En cualquier ciudad hay varias iglesias dedicadas a diferentes confesiones cristianas (incluso hay iglesias para homosexuales). También hay templos budistas e hindúes y no faltan mezquitas.

Mal que les pese a muchos, y en contra de lo que digan hechos puntuales, la religión en Estados Unidos está bastante separada de la vida civil y se circunscribe al ámbito personal y la importancia que cada persona, o comunidad, quiera darle. Esto no impide que puedan erguirse en grupos de presión, bastante mejor organizados que los grupos de presión religiosos en Europa.

Eso sí, las mezquitas de allí son 100% privadas, como el resto de instalaciones religiosas.

Un saludo.

David (el que dice lo que piensa) dijo...

amiga wafah, estoy totalmente de acuerdo con tu articulo, pero, piensa, que a lo mejor, no se, la gente ve que los musulmanes, no solo no facilitan la integracion religiosa, a sus propios compatriotas, sino que encima los asesinan? puede que este detalle tenga algo que ver no?
no creo que tenga que ver, bajo mi opinion, que el problema es que entre dinero de fuera, porque aunque sea de arabia, para mi es bienvenido, prefiero que entre a que salga capital, no?
ni que sea porque una mezquita distorsiona el paisaje del barrio, pues no se, como templo, una mezquita es bonito de ver, como edificio se refiere.

yo como amante de la libertad religiosa, estoy contigo wafah, pero ya ves, que tus hermanos musulmanes de otros paises se portan mas que mal con los cristianos, y quizas eso pase factura aqui, puede ser?

saludos

Serk1492 dijo...

La gente no quiere mezquitas porque saben que son un peligro para nuestra sociedad. Aunque las hurnas digan lo contrario, la gente no es tan tonta, sino más bien permisiva.

En mi ciudad concretamente ha habido varias polémicas con las mezquitas, pues resultan ser muy problemáticas (la mayoría de las quejas son por falta de integración). Hace poco pegaron a una mujer española por no llevar velo, pues la confundieron con una sarracena. ¿A esta gente voy a permitir yo que recen en mi barrio? Ni de coña.

Muy astuto eso de tildar antes de tiempo como "xenófobos y racistas" a las humildes gentes que no quieren un imán que haga apología del odio y la "guerra santa" en su barrio. Que aquí los sarracenos no son los únicos que lo están pasando mal. Ellos tienen preferencia a la hora de coger trabajo, ya sabemos que por cuatro duros un español muy pocas veces (o si su situación es límite) se va a "auto-esclavizar". A los empresarios y ricachones les sale más a cuenta tres negros por 800€ que un español por 1000€.
Si se supone que estamos en una democracia, los que tienen derecho a decidir si se hacen o no mezquitas son los españoles de a pie, los trabajadores, humildes y honestos.

En mi ciudad se han construido más de cuatro mezquitas en los últimos dos años, coste del cual la mayor parte se hacía cargo la Generalidad y otra el Ayuntamiento.

Stop dijo...

@ Herakles, sí tú te has favorecido por el imperialismo expoliador y vives a cuerpo de rey, y eres un burgués con una buena casa, su piscinita, sus coches, su moto, su segunda residencia, y tienes mala conciencia por ello, es tú problema.

Yo no soy imperialista, no he invadido nada, no soy burgués, no vivo como un burgués, no tengo mala conciencia y no estoy dispuesto a ser invadido por ideas y filosofías de hace más de mil años para que tú puedas seguir satisfecho, gozando de tu estilo de vida y con la conciencia bien tranquila. Saludos.

Stop dijo...

@ Arq.Pfumes. Muy acertada su apreciación. Las administraciones públicas carecen de medios económicos que han malgastado y continúan malgastando. Las listas de espera en la sanidad, son monstruosas. Se falsean con pre-listas de espera para una prueba anterior a la operación. Hay personas, miles, que cada año mueren esperando una atención sanitaria.

En España apenas si existen guarderías públicas. También hay listas de espera para los centros públicos. Muchos de estos precarios servicios sociales son acaparados por los extranjeros, algunos de los cuales nunca, o poco, han cotizado a la Seguridad Social o pagado Impuestos, pero colapsan los paupérrimos servicios sociales.

La Ley de Dependencia, que es una imposición Europea, no se cumple por falta de financiación. La mayoría de los ayuntamientos están en quiebra, lo mismo las CC.AA. Ceder terreno público, para una religión concreta, es en si una estafa. Es una estafa porque ya que no se pueden satisfacer las pretensiones de todas las congregaciones e ideas religiosas, lo justo es no satisfacer a ninguna. Dar terrenos a unas, y negarlos a otras, es una estafa. Saludos.

Stop dijo...

Wafah, no es cierto que las administraciones españolas no estén dando dinero para la construcción de mezquitas. Desgraciadamente, no sólo ceden los terrenos, en algunos casos financian parte de las instalaciones y su mantenimiento. Esto es especialmente vergonzoso en algunos ayuntamientos. Ahora no podría decir alguno sin temor a equivocarme porque estas ayudas varían según criterios políticos muy subjetivos del alcande de turno. El caso es que están en los presupuestos municipales.

Mientras la gente pasa hambre, la sanidad es cada día peor, la sanidad igual, algunas policías municipales no tienen dinero ni para gasolina, nuestros maravillosos y traidores políticos gastan dinero público en fomentar una religión totalmente contraria a los derechos humanos, la igualdad de género, la integridad física, la libertad de las personas y el drecho a la vida, pues consagra la pena de muerte para los infractores de dicho credo.

Dicho esto, es evidente que tú artículo parte de una información sesgada. Para colmo, hay que añadirle la financiación extranjera, felizmente prohibida en Noruega, pero me temo que será muy fácil de burlar.

Por último, argumentar que ante el peligro islámico, la solución es más Islam, pero financiado con dinero público, es como decir: "igual que el estado controla a los sindicatos, que el estado financie el Islam y controlará a los islámicos", pero dudo mucho del buen funcionamiento de esta suposición que además, me parece inmoral. El estado es aconfesional, y debería demostrarlo. Saludos.

Stop dijo...

Sobre la pregunta del artículo, que después se diluye en el texto, de ¿qué es la integración? Integración es formar parte legítima de algo.

El Islam, por sus propias características dogmáticas, es imposible de integrar en ningún sitio. Lo mismo pasa con el judaísmo. Cualquier creyente de estas dos religiones que "se integre" en otro grupo, en otra estructura, será un hereje, un traidor, para el resto de sus correlegionarios.

Como ya he mantenido en otras ocasiones, mi opinión es que el Islam y el judaismo, por ser "religiones" contrarias a los más elementales derechos humanos, deberían ser declaradas ilegales y prohibida su enseñanza, así como la práctica de las mismas, en España. No se pueden permitir "religiones" que justifican la esclavitud, la misoginia, los castigos corporales, las mutilaciones humanas, la sumisión absoluta al credo, que castigan con la muerte la disidencia, el adulterio, la homosexualidad... ¿Qué clase de persona puede acabar siendo un niño al cual se le enseñan como legítimos, como palabra de "Dios", este tipo de conductas despiadas, aberrantes, intransigentes, atrasadas, totalitarias? Eso, debe prohibirse y erradicarse de raíz. Y al que no le guste, que se marche a Arabia Saudí.

No se puede criticar a Arabia Saudí por cumplir con el Corán, y al mismo tiempo pretender que en Occidente se financie el Corán, pero sin dinero saudí, con dinero público de los europeos. Esto ya es la rechifa de la tomadura de pelo. Y además, haciéndose las víctimas inocentes de su propia fe intolerante, excluyente y atrasada. El colmo de los colmos. Esa es mi opinión sobre este asunto. Saludos.

sinrrumbo dijo...

....integracion o integrismo...

Anónimo dijo...

Ahora resulta que nosotros nos tenemos que integrar con las personas que vienen de fuera, de otros países y culturas. Da la casualidad que cuando he viajado a algún país árabe he visto que las mujeres llegadas allí como turistas han tenido que ponerse un pañuelo en la cabeza por imperativo de la religión de estos países. No, no pido que se tengan que hacer cristianos aquellos que vengan aquí, pues creo que lo peor que hizo el ser humano es inventar a dios y con ello quitar la libertad a los demás miembros de aquellas tribus de donde salió tal aberración que aún perdura. Pero sí que son ellos los que vienen los que deben de aclimatarse a nuestras costumbres y a nuestras leyes (muchas a mí tampoco me gustan) pero es lo que hay. La integración se hace con el entorno donde se va, no se les impone a los nativos de allí y eso es lo que quiere n hacer ciertos grupos y entre ellos los islamistas. Estoy en contra de cualquier guerra que haga occidente en esos países para despojarlos de sus riquezas (petróleo, etc.) pero no quiero que ellos nos impongan sus creencias y o sus leyes. Hace siglos el Islam era fuente de cultura, hoy lo es de atraso. Su mentalidad de imponer es tan cínica como lo es la mentalidad del gran capital por hacernos al resto de los humanos sus esclavos, pero en eso llevan una mentalidad pareja.
Por eso el que llega a un sitio es el que debe de intgrarse.

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