Dulces en forma de pan, pan endulzado,
sea como sea, las fakkas están
siempre presentes en las despensas marroquíes. Se sirven siempre con el té
y aviso que aunque están riquísimas, engordan. Hay muchas
variantes de la receta pero esta es la mía y, como todo, es adaptable al gusto
de cada uno:
Ingredientes (para 6
personas):
- Kilo y medio de harina
- 12 huevos
- 350 gr de azúcar refinada
- 300 gr de mantequilla
- 300 gr de almendras
- 300 gr de pasas
- 3 sobres de levadura
- 25 gr de vainilla azucarada
- 1 chorrito de agua de azahar
- Aceite de oliva
Preparación:
Batir el azúcar y añadirle 11 de
los huevos uno por uno batiendo hasta obtener una mezcla más bien blanca.
Agregar entonces la mantequilla blanda, un chorrito de aceite, las almendras
(picadas), las pasas, la vainilla azucarada y el agua de azahar. Mezclar todo
junto bien.
Tamizar la harina, añadir la
levadura y agregar poco a poco a la mezcla anterior, amasando hasta que quede
consistente.
Hacer bollos medianos dándoles
una forma alargada. Ponerlos en una bandeja de horno engrasada con un
poco de mantequilla y hornearlos a 180°, hasta que se doren. Luego hay que
dejarlos enfriar y reposar por 24 horas.
Cortar en rebanadas de unos 5
milímetros de grosor, extenderlos en la misma fuente y volver a hornear hasta
que se doren.
Como detalle se pueden
espolvorear con azúcar y canela.
Una receta que lleva un poco de
tiempo (hay que hacerla con anticipación) pero que está rica, rica, rica,
jajajajaja.
Buen provecho.
3 comentarios:
Como suele ser habitual en la gastronomía marroquí, plato hipercalórico y rico en azúcar. Dulce tiene que estar, eso seguro.
Por otro lado, está muy bien y es muy buena señal que en este blog, que pertenece a una mujer, se recojan contenidos referentes a la cocina. Dado el ambiente feminista que reina por doquier, aclaro que esta afirmación que hago está carente por completo de ironía.
León, no es por presumir pero la verdad es que la cocina se me da bastante bien.
Pues si se te bastante bien la cocina, un punto positivo que tienes que anotarte en tu haber.
Es un espectáculo deprimente ver hoy a tantas jovencitas que no saben cocinar, ni quieren aprender. En los pisos de estudiantes no hacen más que tirar de fiambrera de la madre, en el mejor de los casos, que en el peor compran precocinado (o sea comida basura con multitud de productos extraños para conservarla) y ya está. Y si no cocinan no es porque no tengan tiempo. Lo que no tienen es ganas, que luego sí que tienen tiempo para buenas fiestas y buenas borracheras que se pegan en las putotecas.
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